sábado, 4 de agosto de 2012

Perdidos


Esta historia más allá de los años es de difícil definición para aceptar el como y explicar el porqué. Con justicia se la extracta por dos razones: no hay mediación que una los tiempos (la ausencia es sentida como carencia) y, no acepta convención pues él desarrolla la historia, actúa como omnisciente y todo lo explica. Se trata, pues, de una cuestión de uso y también de desilusión. Ya es antiguo, pasado de moda, y contra esa condena no hay apelación posible. Ya no conmueve los corazones ni la imaginación, y aquella sensación de profundidad, que era cualidad, se esfumo junto a las canciones y las digresiones.

La luz destruye la magia de las nuevas revelaciones de promesas repetidas. Allí es que radica el problema: ¿Cómo crear profundidad cuando no se tiene adónde retroceder? Esto queda perfectamente ejemplificado en el fracaso, en la oscuridad, en la distancia con la verdad. El cuento perdió la forma por incoherente. Todo está perfectamente documentado y abra que esperar el tiempo de la historia, para medir los años perdidos del Siglo XXI.